Todos sabemos qué esperar cuando se acerca el 31 de octubre: telarañas en los escaparates, calabazas terroríficas y mucha gente disfraza de cosas que, admitámoslo, dan miedo. Halloween es un fenómeno mundial que, aunque tiene más repercusión en Estados Unidos, cada vez tiene más relevancia internacional. Por esto y porque nos encantan estas fechas os traemos 5 cosas que es imprescindibles que sepas de Halloween:
1. EL ORIGEN DEL NOMBRE HALLOWEEN
El nombre Halloweeen es un derivado de “All Hallow Eve”, que en castellano significa víspera de todos los santos. Esto se debe a que el día 1 de noviembre es el considerado por la tradición católica como el “Día de todos los Santos”. A su vez, este surge como una adaptación por parte de la Iglesia Católica de una tradición celta llamada Samhain.
2. ORIGEN DE LA FESTIVIDAD
El origen de esta festividad es más antiguo del que pueda uno pensar. Es cierto que, tal y como se desarrolla actualmente, es una celebración relativamente nueva. Sin embargo, nace de una tradición de los pueblos celtas conocida como Samhain, que se traduce como el “fin del verano”. Para los celtas el 31 de octubre comenzaba la época más fría del año. Precisamente por esta razón su calendario marcaba esta fecha como el final de un año que daba paso al siguiente. Además, se consideraba que, en el comienzo de la etapa más fría, la barrera entre el mundo de los vivos y los muertos se difuminaba. Para orientar a las almas perdidas los celtas colocaban farolillos que las guiaban y les ofrecían comida.
Cuando Roma conquistó los pueblos celtas, la tradición se adaptó y empezó a relacionarse con la diosa romana Pamona, diosa de la fruta y los cultivos. No obstante, cuando el cristianismo pasó a ser la única religión del Imperio Romano esta festividad se intentó cambiar. Para ello, el Día de todos los Santos, que hasta ese momento se celebraba el 13 de mayo, pasó a celebrarse el 1 de noviembre, como en la actualidad.
Cabe recordar que Halloween, desde su origen hasta la actualidad, ha ido cambiando y adaptándose hasta convertirse en el evento internacional que es ahora. Alimentado por leyendas y difundido a través de la cultura estadounidense, Halloween es, a día de hoy, más internacional que nunca.
3. LAS CALABAZAS DE HALLOWEEN
Originalmente los celtas vaciaban nabos y los decoraban para que hiciesen de farolillos. Para que estos emitiesen luz se introducían en su interior brasas.
Cuando la tradición se exportó a Estados Unidos tuvo que adecuarse a las circunstancias sustituyendo los nabos (abundantes en Irlanda) por las calabazas, cuya producción era mucho más abundante.
4. ¿POR QUÉ HACER FAROLILLOS CON CALABAZAS?
Utilizar calabazas como farolillos es el resultado de la suma de la tradición Samhain y la leyenda de “Jack of the Lantern”, cuyo nombre se traduce como “Jack el del farol”. Esta leyenda cuenta que existía un granjero malvado y avaricioso que estafó a varios vecinos suyos. Un 31 de octubre Jack decidió ir a beber con el diablo. Como era realmente tacaño, se resistió a pagar lo que debía y trató de convencer al maligno de que se convirtiese en una moneda. Finalmente le convenció y, una vez se transformó, Jack lo metió en su bolsillo junto a una cruz de plata para evitar que el diablo recuperase su forma normal. El campesino liberó al demonio con la condición de que no volviese a por su alma cuando muriese, que acordaron que ocurriría en un año. Posteriormente el granjero volvió a engañar al diablo convenciéndole de que subiera a un árbol para recoger fruta. Cuando el diablo lo hizo Jack grabó una cruz en la corteza, impidiéndole bajar del árbol hasta que no prometiese que dejaría vivir al campesino 10 años más y no volvería a por su alma cuando falleciese.
Cuando Jack falleció, el diablo mantuvo su promesa y no se llevó el alma del granjero, que tampoco era apta para ir al cielo. Así que Jack, condenado a vagar eternamente, solo recibió unas brasas para poder alumbrar su camino y metió estas en un nabo que terminó desempeñando la función de un farolillo.
Posteriormente, la gente fue adaptando la leyenda y comenzó a decorar de manera terrorífica las calabazas.
5. DISFRAZARSE EN HALLOWEEN
Es interesante observar cómo la tradición de vestirse de manera terrorífica se encuentra presente desde el principio de la celebración. Todo se remonta a la ya mencionada Samhain, una tradición que celebraba el fin del calor y el comienzo del frío. En estas fechas los celtas consideraban que la barrera entre el mundo de los vivos y de los muertos se desvanecía. Por tanto, las almas de los muertos podían encontrarse con sus seres queridos. Sin embargo, existía un problema: las almas de los espíritus malignos también vagaban por la tierra de los vivos. Así que para ahuyentarlos se disfrazaban de bestias con pieles de animales y máscaras horripilantes.
Como veis, Halloween es una festividad importante en la cultura estadounidense. Sin embargo, conserva unas fuertes raíces en la tradición celta que se han adaptado sin cambiar radicalmente. No creemos que los celtas se disfrazasen de esqueleto bailón o de vampiresa con mechas moradas, pero estos disfraces persiguen la misma meta: espantar a los malos espíritus y pasarlo en grande.