Es habitual escuchar que si te gusta el trabajo que haces no tendrás que trabajar nunca. La veracidad de esta afirmación es algo que no vamos a entrar a juzgar, pero, incluso de las labores más divertidas y estimulantes hay que tomarse un descanso. Las vacaciones nos permiten viajar y conocer nuevas culturas, retomar hobbies que habíamos aparcado o pasar más tiempo con nuestros seres queridos. Por si todavía alguien sigue con dudas sobre si tomarlas (o no), desde laboratorios Life Length os presentamos 5 razones por las que tomarte unas vacaciones mejorará tu salud:
1. Disminuirá el riesgo de sufrir un infarto.
Las enfermedades circulatorias son la principal causa de mortalidad en España. En 2020, motivado por la pandemia de la COVID-19, fallecieron más de 50.000 personas por problemas relacionados con el corazón. El estrés, al igual que fumar, está reconocido como uno de los factores que favorecen la manifestación de este tipo de patologías. Esto se debe a que el exceso de cortisol, la hormona asociada con el estrés, aumenta la tensión arterial y deprime el sistema inmunitario, entre otras cosas. Así que desconectar del estrés relacionado con el trabajo ayuda a prevenir el riesgo de infarto.
2. Ayudará a tu memoria.
Está demostrado que las personas que no gozan de un descanso adecuado tienen dificultades para concentrarse y prestar atención, además de sentirse más irritables. Estos inconvenientes interfieren en la capacidad de retención de los estímulos en la memoria. Por otro lado, el descanso sirve como “fijador” de recuerdos y por este motivo es imprescindible realizar pausas en actividades basadas en la retención de información, como el estudio. Dormir las horas suficientes y disfrutar de un sueño de calidad es más sencillo cuando estamos alejados del ruido y el ajetreo del día a día.
3. Tu sistema inmunológico se fortalecerá.
Existen dos grandes tipos de estrés en función del tiempo que actúan sobre nuestro cuerpo: el estrés agudo que se presenta de manera puntual, y el estrés crónico, que se padece de forma prolongada en el tiempo. Cuando sufrimos estrés agudo el cuerpo aumenta el número de fagocitos y células asesinas naturales (encargadas de destruir otras que son anormales), las activa y ralentiza la producción de células inmunitarias especializadas. Podría decirse que este tipo de estrés es bueno para el sistema inmune. Sin embargo, cuando sometemos a nuestro organismo a estrés crónico el sistema inmunitario se ve mermado y no presenta tanta eficacia. Inhibirse del estrés de la rutina permite que nuestras defensas naturales vuelvan a operar con normalidad y tengamos menos riesgo de contraer enfermedades.
4. Reaviva tu salud sexual.
En España, el 70% de las relaciones sexuales en las que al menos uno de los miembros se encuentra estresado son poco a nada disfrutables. El estrés puede afectar directamente de dos maneras diferentes: produciendo distintos síntomas a nivel físico como tensión muscular o malestar general y dificultando la capacidad de concentración durante la práctica sexual. Pero los efectos negativos no acaban ahí, ya que cuando no descansamos nos presentamos más irritables y propensos a sufrir cambios repentinos de humor. Al mismo tiempo, mantener relaciones sexuales es un importante antidepresivo natural y tras el clímax se experimenta relajación y reducción de la ansiedad. Tomarnos unos días nos ayudarán a relajarnos, sentirnos mejor y disfrutar plenamente de las relaciones íntimas.
5. Mejorará tu salud mental.
En Life Length no nos cansamos de recordar la importancia de la salud mental. Hay que tener en cuenta que disfrutar de buena salud mental permite afrontar mejor situaciones complicadas, gestionar el estrés y mantener una vida sana a todos los niveles. Disfrutar de nuestras vacaciones depende a todos los niveles de este factor. Cuando nos tomamos unas vacaciones nos liberamos del estrés y disfrutamos, por lo general, de un sueño de mayor calidad. No obstante, estos no son los únicos factores que intervienen en la salud mental, las vacaciones nos permiten mimar nuestras relaciones personales, nos conceden el tiempo para encontrarnos a nosotros mismos, o disfrutar de la cultura, gastronomía, paisajes, o estímulos que, por falta de tiempo, no hemos podido consumir antes.
El ambiente laboral afecta de manera notable a la necesidad que tienen los trabajadores de tomarse vacaciones y, por supuesto, a su rendimiento. La Organización Mundial de la Salud ha recogido el término ‘Burnout’ como “síndrome derivado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no fue gestionado con éxito”. Pese a que su diagnóstico no estará vigente hasta 2022, resulta interesante comprobar la relevancia creciente que está cobrando la salud mental y la tensión que se desarrolla en el ámbito laboral.
Por último, tenemos que aclarar que el estrés, la ansiedad o la depresión se pueden ver potenciados por el ambiente laboral, sin ser el único factor determinante. La realidad es que la rutina, una relación tóxica o un acontecimiento traumático son algunas de las causas que pueden repercutir en nuestro estado mental. Es decir, las vacaciones generalmente reducen los síntomas, pero no son una solución infalible de los problemas.
En cualquier caso, las vacaciones son la mejor oportunidad de escapar de la rutina y vivir mucho mejor, al menos durante unos días.
Tenemos vidas aceleradas, siempre nos falta tiempo. Este ritmo elevado nos obliga a ser selectivos con aquellas cosas que podemos hacer y esas otras que