Nos disponemos a explorar la relación entre alimentación y envejecimiento, marco en el que las pruebas de telómeros se sitúan entre medias como testigos del proceso de envejecimiento de una persona. Descubrirá por qué los alimentos y las dietas antienvejecimiento son algo real y efectivamente contrastado.
Cuando hablamos de envejecimiento, nos referimos al proceso biológico de hacerse mayor. Esto implica la acumulación de daño en el tiempo que ocurre a nivel celular en el cuerpo y, eventualmente, hace que los órganos se deterioren. Esto conduce a una aparición de enfermedades como el cáncer y la inflamación crónica. Sin embargo, factores como el estilo de vida y la dieta pueden afectar de manera significativa y positiva el proceso de envejecimiento.
¿Qué son las células del envejecimiento?
La senescencia celular es el lento deterioro de la función que tiene lugar a nivel celular y del organismo. La senescencia es influenciada por mecanismos tales como la pérdida de telómeros y las citoquinas inflamatorias.
La fase III (senescencia celular o el límite de Hayflick) se asocia con alteraciones de la función celular:
1) Una disminución en la proteína asociada con la replicación del ADN.
2) Una disminución en la síntesis de ARN y proteínas asociadas.
3) Una disminución en la tasa global de síntesis de proteínas.
La función asociada a la inmunidad aumentaría la «basura» celular – los restos de proteínas no funcionales y el aumento de la secreción de citoquinas proinflamatorias. Las células comienzan el proceso de apoptosis, mientras que algunas permanecen metabólicamente activas y adoptan fenotipos que incluyen la morfología celular aplanada, expresión génica alterada y perfiles de secreción (conocidos como el fenotipo secretor asociado a la senescencia). De manera eficaz, las células como los fibroblastos se convierten en células proinflamatorias – pueden afectar el microentorno del tejido y promover la progresión del tumor.
La teoría de las especies reactivas de oxígeno (ROS) plantea la hipótesis de que los radicales libres inducen daños a nivel celular y tisular que afectan el envejecimiento. Normalmente, existe un equilibrio entre los antioxidantes y los radicales libres. Un aumento en la cantidad de niveles de ROS abrumaría las defensas antioxidantes celulares naturales, que conducirían a la oxidación y, finalmente, a un deterioro funcional celular.
El antioxidante neutraliza los radicales libres al aceptar o donar un electrón. Tienen un gran efecto antiinflamatorio y anticancerígeno, y, en consecuencia, un efecto antienvejecimiento. Los compuestos bioactivos que se encuentran en las frutas y verduras son una de las áreas principales de la investigación sobre el envejecimiento saludable. Los alimentos como el cacao, el té, el vino de uva, las manzanas y los arándanos tienen un alto contenido bioactivo y ayudan a estimular el envejecimiento saludable.
Los estudios centrados en la combinación de tocotrienoles con quercetina han demostrado que pueden inducir la senescencia y promover la muerte celular en las células cancerosas. Ayudan a retrasar la senescencia en las células más jóvenes y regeneran las células viejas para eliminar la función anormal. Los alimentos ricos en quercetina y tocotrienoles son la frambuesa roja que contiene 3.58 mg / 100 g y el aceite de palma roja de fruta que contiene hasta 800 mg / kg respectivamente.
Se ha demostrado que el antioxidante en alimentos funcionales y nutracéuticos tiene un papel importante en la desaceleración del proceso de envejecimiento. Ahora es el momento de seguir investigando sobre el mecanismo y el papel de los ingredientes activos de los componentes de los alimentos para comprender mejor su capacidad anti – edad.
Si desea saber cómo su dieta y otros elementos de su estilo de vida están afectando su salud celular y proceso de envejecimiento, considere analizar sus telómeros con la tecnología TAT® de Life Length para situarse y mantenerse en el camino correcto hacia su mejor futuro.