Uno de los criterios de clasificación dentro de la medicina antienvejecimiento es el momento en que el individuo acude a la consulta del médico. La medicina preventiva propugna que el paciente tome medidas antes de la aparición de los primeros síntomas de las enfermedades relacionadas con la edad. Por otra parte, el enfoque tradicional se centra en curar esos síntomas una vez han aparecido.
La medicina preventiva otorga gran importancia al diagnóstico y a las pruebas donde el médico puede evaluar cómo evoluciona su paciente. Igualmente, la prevención funciona como un primer peldaño de cada terapia antienvejecimiento. Reducir los factores de riesgo de las enfermedades relacionadas con la edad contribuye a disminuir las consecuencias del deterioro posterior y las células muestran fielmente la forma en que la gente envejece.
Existen test diagnósticos que ofrecen a los médicos información sobre el estado biológico del paciente. Cuanto más sepa este, mejor podrá aconsejar y trazar un plan de lucha contra el envejecimiento. Las pruebas de diagnóstico se han convertido en el mejor indicador de nuestra evolución, porque los genes revelan cómo afectan los tratamientos antienvejecimiento a nuestro cuerpo y nuestra mente. Una terapia tendrá éxito solo si el doctor puede personalizarla, partiendo del historial clínico y los factores de riesgo particulares del paciente.
En cualquiera de los casos, las medidas de prevención y diagnóstico permiten al doctor contar con datos científicos sobre la salud del paciente y su proceso de envejecimiento y facilitarán el tratamiento posterior, así como la fijación de un estilo de vida que evite o retrase las enfermedades relacionadas con la edad.